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Lámparas de bajo consumo y el mercurio

Nota escrita para rezagos.com

Las lámparas de bajo consumo o lámparas compactas fluorescentes, conocidas como CFL por su sigla en inglés (Compact Fluorescent Lamp) es un tipo de lámpara fluorescente más eficientes que las incandescentes.

Las CFL otorgan un importante ahorro energético y un sustancial recorte de las emisiones de CO2 a la atmósfera. El consumo energético de éstas es un 65 y a un 80% menos a comparación con las lámparas incandescentes que están siendo progresivamente sustituidas.

Ademas las lámparas de bajo consumo duran entre 8 y 12 veces más que las lámparas normales. La vida útil de un foco normal se extiende de 700 horas a 1,000 horas, mientras que la vida útil de una lámpara CFL está entre 8,000 y 15,000 horas.

Estos beneficios tiene una contrapartida, la presencia de una pequeña cantidad de mercurio (Hg), por lo que es importante manipular y desechar las CFL de manera correcta una vez han dejado de funcionar y se han convertido en un residuo.

La presencia de mercurio genera dudas en los consumidores/usuarios por lo que aquí hemos desarrollado algunas preguntas frecuentes y sus respectivas respuestas.

¿Las lámparas de bajo consumo son malas para mi salud?

Las CFL no son un peligro para el público. Al igual que muchos productos domésticos, que poseen componentes potencialmente dañinos y deben ser desechados de forma correcta, los focos de bajo consumo deben manipularse y disponerse correctamente.

A pesar de que contienen mercurio, limitado a 5 mg por lámpara, éste no puede escapar de una CFL intacta. En cualquier caso, la pequeña cantidad presente en estas lámparas, es probable que no cause daños a la salud aún si la lámpara está rota.

¿Porqué las lámparas de bajo consumo contienen mercurio?

Por que necesitan del mercurio para producir luz de manera eficiente. El mercurio se utiliza para producir la luz ultravioleta, que luego se transforma en luz que podemos ver por medio un revestimiento especial en la lámpara. El revestimiento es inerte y no representa ningún riesgo para la salud.

Hoy en día, la cantidad típica es 3 a 4 miligramos de Hg por foco de bajo consumo, esta pequeña cantidad sólo es suficiente para cubrir la punta de una lapicera y la necesaria para durar toda la vida útil prevista para la lámpara.

El mercurio es un metal que existe de manera natural en el ambiente. Puede encontrarse como un líquido, sólido y gas. Debe ser manipulado con precaución por su elevada toxicidad sobre todo si es inhalado.

Encontramos este metal en varios aparatos en nuestra casa, como por ejemplo:

  • Termómetros (aquellos con un líquido color plata contienen mercurio, aquellos con un líquido rojo o azul no contienen mercurio);

  • Focos fluorescentes;

  • Termostatos y barómetros;

  • Dispositivos de tensión arterial manuales;

  • Etc.

¿Es probable que una lámpara de bajo consumo se rompa?

Al igual que todas las lámparas en un hogar se puede romper, pero en realidad son más difíciles de quebrarse que las focos tradicionales. Están a menudo recubiertas con plástico como protector, tienen un diámetro menor que las focos incandescente y poseen límites más altos de estrés. De acuerdo con cifras del comercio las tasas de rotura son menores al 1%.

¿Cómo lidiar con una lámpara de bajo consumo rota?

Aunque la rotura accidental de una lámpara es probable que no cause ningún problema de salud, es una buena práctica reducir al mínimo cualquier exposición innecesaria al mercurio, así como el riesgo de cortes a partir de fragmentos de vidrio rotos.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) recomienda este guía de limpieza y disposición cunado una CFL se rompe:

  1. Ventilar la habitación. Abrir las ventanas y salir del cuarto. Evitar el acceso por lo menos por 15 minutos.

  2. Recoger todos los fragmento del lámpara que se pueda, sin utilizar una aspiradora.

    Para esto utilizar guantes de plástico para recoger los restos del foco.

    Con mucho cuidado, sacar los fragmentos y el polvo con un papel o cartón tieso.

    Limpiar el área con una toalla de papel húmeda. Cinta adhesiva puede ser utilizada para recoger el polvo y pequeños pedazos del CFL.

  3. Colocar todo el material que se uso para limpiar en una bolsa de plástico y sellar la bolsa.

    Si no hay otra opción de disposición o reciclaje disponibles, sellar todo en dos bolsas de plástico y colocarlas en el basurero.

    Finalmente lavarse las manos después de tirar la bolsa.

  4. Si se utiliza aspiradora para limpiar la casa la primera vez que se aspire el área donde el CFL fue roto, se debe quitar la bolsa de la aspiradora. Cuando se termine de aspirar el área (o sea vaciado y enjugado el bote de la aspiradora) poner los restos recogidos de la bolsa y los materiales de limpieza en dos bolsas de plástico, y cerrar. Para después en la basura o en el basurero de afuera enviar a la disposición normal.


Referencias consultadas:

Suite101.net (2010, Agosto). El reciclaje de las bombillas de bajo consumo. Consultado Agosto 22, 2010 en http://reciclaje.suite101.net/article.cfm/el-reciclaje-de-las-bombillas-de-bajo-consumo#ixzz0xY8N1sCY

Department for Environment, Food and Rural Affairs (DEFRA) [s.f.]. Energy saving light bulbs. Consultado Agosto 26, 2010 en http://www.defra.gov.uk/environment/business/products/roadmaps/lightbulbs.htm

U.S. Environmental Protection Agency (EPA) [s.f.]. Cleanup and Safe Disposal of Compact Fluorescent Light Bulbs. Consultado Agosto 27, 2010 en http://www.epa.gov/cfl/cflcleanup.html

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